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12/1/13 Post By: Ramón Pastrano, WebMaster

Domingo Liz: “El artista de hoy no se preocupa por su identidad”

El pintor está “regocijado” por homenaje a su carrera
El artista Domingo Liz junto a su esposa Mercedes Morales de Liz, fotografiado en su residencia el pasado jueves.
El artista Domingo Liz junto a su esposa Mercedes Morales de Liz, fotografiado en su residencia el pasado jueves. (Kelvin Mota)
La tarde del pasado jueves, sin duda, quedará grabada como uno de los momentos más significativos en el devenir de la crítica de arte. Pues conversar con el maestro Domingo Liz, nos hizo conocer no sólo al artista, sino también al padre, al esposo, al amigo y al ser humano. Con solo penetrar en su espacio laberíntico, de poca luz, pero solemne, obliga a inclinarse ante el hoy Premio Nacional de Artes Plásticas.

¿Cómo se inicia en la pintura?
En todas mis entrevistas el que habla soy yo, está bien, es verdad, pude haber cambiado la percepción de cómo la había pensado antes.

Sí, porque siempre hay algo qué decir de esta etapa maestro.
Pero es una historia tan repetida que no creo que quede alguna emoción cuando la cuento. ¿Hace de eso cuánto? 60 años, ¿tú sabes los años que han pasado yo repitiendo esa historia? Es la misma. [Hizo un silencio]. Me inicié en la Escuela Nacional de Bellas Artes, hice un curso posgrado con Jaime Colson, seguí estudiando. Empecé mi trabajo profesional, personal, cambié hacia el trabajo propio de la escultura, luego la talla en madera, la pintura, el dibujo, la arquitectura y… la misma historia.

¿Cuáles han sido los hechos más puntuales en su proceso de formación?
En mi caso, como todos los niños de mi tiempo que tienen una tendencia a dibujar, a expresarse gráficamente. Es más, tienen más necesidad de expresarse gráficamente que de hablar. Tal vez por eso los niños siempre están dibujando y están adelantados a su lenguaje. Siempre pueden decir cosas que van mucho más allá de su propio lenguaje. Para mí fue una gran sorpresa cuando fui la primera vez a una galería en El Conde, la Galería Nacional de Bellas Artes, donde vi pinturas con empastes gruesos, algo totalmente insólito. Otro momento importante en el proceso de formación o la etapa más significativa la tuve con Jaime Colson, que fue quien me enseñó los verdaderos fundamentos de la academia pictórica.

¿Qué le motivó irse a vivir a orillas del río Ozama?
Las verdades son como son, nadie las cambia. Las circunstancias también son como son. No es que nada me inspiró, sino que las circunstancias me hicieron llegar a este lugar y cuando abrí los ojos y vi el panorama que tengo aquí en frente, como escribí una vez “ese panorama que cubría todos mis ojos…”, inmediatamente dije: este es el lugar donde quiero vivir y donde quiero hacer mi casa.

Dicen que luego de que vino a vivir aquí, el Ozama le ha servido de inspiración para buena parte de sus trabajos y sus imágenes se perciben como un tema recurrente en su producción, ¿a qué se debe?
La realidad del país está ahí, esa vida está ahí, no es porque yo recurro a ella como fuente de creatividad, como cosa inventada. Más bien esa es mi motivación. Es mi motivo visual. Para mí cada vez que hago algo en mis obras, por ejemplo, un panorama de una parte del Ozama es como un documento histórico visual de la ciudad, de su realidad.

¿Cuáles lugares destina para su proceso de creación?
Siempre donde he vivido he tenido espacio en el patio o cuando no, en el estudio. Con el tiempo le he dado más importancia al taller que a la casa y lo he hecho más confortable. Entonces trabajo la escultura al aire libre, pero la pintura siempre en el estudio.

¿Cuáles períodos o tendencias le han causado impresión o le han servido como motivación en la pintura?
Me han cautivado todos. Desde la expresión de las Cuevas de Altamira, pasando por la pintura flamenca, lo griego, lo expresionista, lo moderno, lo actual. No tengo preferencias por momentos o etapas, aunque siempre hay una inspiración por hacer algo así, pero preferencia, no. Esa es una manifestación del hombre auténtica y si tú quieres una manifestación del hombre y admirarla, tienes que ver su expresión completa, su mundo  completo, su realidad completa.

Hemos analizado que a diferencia de otros artistas sus representaciones escultóricas en nada tienen que ver con sus dibujos o su pintura, ¿tiene esto una razón de ser?
Fíjate que sí. Ya que hay artistas que como pintan quieren hacerlo en la escultura, eso es totalmente equivocado y falso, tiene una base falsa  porque son dos medios, dos lenguajes diferentes y posiblemente vivencias y realizaciones diferentes. Empiezan en una época de la vida la pintura y en otra la escultura, como mi caso. Entonces, si uno se pone a imitar, uno lo que está es falseando una expresión por otra, pero si tú sigues la realidad de la evolución de cada lenguaje, te mantienes en un proceso auténtico.

¿Qué piensa del arte dominicano actual, cree que va por buen camino?
Adolece de lo que dijiste hace un rato, que el artista no se preocupa de su “identidad”, sino que se dedica a imitar, mayormente. No es que no existan artistas muy buenos y originales, sino que la mayoría se ha dejado influenciar de la esfera económica globalizada.

Emocionado
Me siento muy complacido y honrado con el reconocimiento que me acaba de hacer el Ministerio de Cultura por mi trayectoria”.

No hay creatividad
Los artistas repiten lo que las plazas mayores les están ofreciendo, para poder subsistir”.

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